viernes, 26 de febrero de 2010


LOS ARCHIVOS GRIEGOS
BLANCA ANDREU


Explica la autora que los poemas, a diferencia de otros géneros literarios, más que contar algo "lo que pretenden es darlo". Este matiz es la declaración tácita de toda una poética, la que huye del artificio y de las filiaciones, la que afirma la originariedad del poema como reflejo de lo que la sensibilidad poética ve. Define, pues, tanto una forma de escribir como el lugar soberano desde donde el poeta dice su poema. Esto explica que majestuosidad, transparencia, sencillez y belleza convivan en los poemas que constituyen Los archivos griegos. Quizá a algunos poetas les acontece la belleza, mientras que otros prefieren producirla, aunque haya quien piense que esto supone un falso antagonismo. De todos modos, creo que cuando en la presentación del libro, Juan Cobos Wilkins dijo que Los archivos griegos es un libro "lleno de verdad y belleza" se refería a lo que yo apunto: el concepto de poesía como consecuencia de lo que le deviene al poeta, irremediablemente, antes que como el producto meramente multiplicable de una habilidad. Cuando Blanca Andreu subraya el carácter del poema como algo que se ofrece, nos está indicando su intención de claridad estilística y entrega espiritual, por un lado, y por otro, nos confirma que, pese a todo, la belleza existe y que se encuentra en los más diversos puntos de este mundo que - lugar común - nos complacemos en despreciar: "...en todos los lugares del mundo he visto santos". Esa revelación es la que cada poeta debe buscar en la, presuntamente, miserable realidad, si es de verdad un poeta y se compromete con lo que percibe.
La infancia, Grecia, la crítica a los poderosos y un género pictórico como las "marinas" convertidas en motivo poético, jalonan temáticamente el libro de Blanca publicado exquisitamente por la Fundación José Manuel Lara en la colección Vandalia.
En Bucólicas leemos: Agosto, país de oro/ como una carta escrita desde mayo, curiosa expresión de ligar correspondencias desde lo ya semejante.
Y en el poema Primera conclusión: He visto el oro místico que emana / sólo de la sabiduría/ hecho exclusivamente con la verdad, manifestación de que ese poder de visión es una capacidad del poeta contemporáneo y no de actitudes o arrobos de épocas pretéritas. Esto nos debiera recordar que leer poesía no es sólo consumir un tipo delicado de discurso, significa valorar las cosas y nuestro contacto con ellas como en un nuevo nacimiento redentor. Qué complicada tarea para intelectuales, artistas y rebeldes con causa cantar y defender ese "oro místico" que pese a todo sigue brotando.
Creo que una de las "enseñanzas" fundamentales de la poesía de Blanca Andreu radica ahí. Ser realista para un poeta no es sino confirmar la realidad de la belleza, localizarla en un espacio que se supone ajeno a ella. Recuerdo aquella imploración de Wittgenstein: "Quiera Dios conceder penetración al filósofo en aquello que está ante los ojos de todos".

3 comentarios:

sariiTa! dijo...

Hola papa, soy Sara tu hija, quiero darte muchos ánimos para continuar con este Blog porque me parece un grandísimo avance en ti y me parece que te has esforzado, aun que solo sea un poco en hacer que esto valga la pena de ver y de leer, así que muchas gracias por seguir con esto adelante.
te Quiero.

José María Piñeiro dijo...

Aunque un poco tardíamente, excúsame Vicente de haber hecho una incursión en tu blog. En realidad fue un error, ya que me creía que estaba escribiendo en el mío.De todas maneras, bueno, el libro lo compré en tu librería. Que vendas muchos más. Un saludo.

José Antonio Fernández dijo...

Un libro realmente interesante el de Blanca Andreu cuya poesía la he disfrutado desde aquellos poemas tan rompedores de "De una niña de provincias...."
Muy buena poesía.
La cita de Wittgenstein, para enmarcar.
Un saludo.